#empezar un negocio #autoempleo
"¿Cómo van tus proyectos?" Hablamos regularmente por teléfono y parecía relajado cuando dijo: "Estoy satisfecho. Podría ser más, pero está bien". Ese fue un buen mensaje. Hace un año parecía muy diferente. Nos conocíamos de antes, cuando acudía a mí para que lo entrenara. "¿Es un problema para ti?", me había preguntado muy directamente. Y yo había respondido que ambos éramos lo suficientemente profesionales como para afrontarlo. El coaching necesita cercanía y distancia al mismo tiempo. Y en nuestro trabajo conjunto quedó claro rápidamente que nos llevábamos bien.

El Sr. Karbach tenía poco más de cincuenta años y era director de ventas de una empresa de medios de comunicación. Hacía tiempo que había roces entre él y su nuevo jefe. Este último entendía poco de la industria y tenía una visión completamente diferente de la distribución. Además, el sector de los medios de comunicación está sometido a una presión creciente y cada vez es más difícil alcanzar los objetivos de venta. Las exigencias del jefe se convirtieron cada vez más en una misión imposible. Y así, al final, se llegó a una separación bastante desagradable, que puso en aprietos a mi coachee al principio.

Esto tuvo un efecto duradero, y en nuestro trabajo biográfico quedó claro muy pronto que había mucho que hacer. Hemos trabajado sus puntos fuertes y débiles, hemos hablado con detalle de sus éxitos, pero también de lo que había fallado, y sobre todo de lo que realmente le gustaba.

Y resultó que se había metido en el tema de las ventas a través de varios trabajos, más bien al azar, determinados por las oportunidades laborales y siempre por una cierta presión para ganar suficiente dinero para mantener a su familia. Ese fue el punto de partida de nuestro debate sobre la fijación de objetivos. Habíamos comprobado que sus mayores oportunidades se encontraban, por supuesto, en el entorno de las ventas, pero que sus talentos residían en otros lugares.

Le pregunté: "¿Y si te imaginas seguir lo que corresponde a tu inclinación y lo que en su día fue el punto de partida de tus estudios y primera experiencia profesional?

Había estudiado diseño, trabajado en este campo al principio, y luego se había desarrollado de forma diferente. Me miró y me dijo: "Eso estaría bien, por supuesto, pero eso fue hace mucho tiempo. ¿Cómo voy a ganar suficiente dinero para pagar todos mis gastos?" Recordé una cita de Séneca y dije: "No es porque sea difícil que no nos atrevamos a hacerlo, sino porque no nos atrevemos a hacerlo que es difícil", y dejé que la frase funcionara.

Hubo una pequeña pausa. Entonces respondió: "Sí, si volviera a tener 30 años, tal vez sería posible. Ahora, con todas las responsabilidades, la casa, la familia, los hijos en la educación, ¿cómo se puede hacer?" Tomé otra taza de café, le serví a él también, y le dije: "Tienes que quererlo, y necesitamos un plan. Piénsalo con calma. Habla con tu mujer. Los tres podemos discutir el tema juntos. Y si es una opción que quieres considerar, entonces te guiaré hasta el punto en que puedas decidir si quieres seguir este camino".

Esto es lo que ocurrió. A pesar de que el proceso siguiente estuvo acompañado repetidamente de miedos y dudas y de que hubo muchos puntos críticos que superar, también financieramente, trabajamos continuamente en la realización de su idea: una agencia de comunicación y diseño con su propia línea de diseño. De este modo, pudo combinar de forma ideal su creatividad con su fuerza de ventas, ganada con mucho esfuerzo, en su nuevo negocio, pronto recibió sus primeros pedidos y ganó cada vez más confianza en sus propias capacidades.

Fue poco antes de la Navidad del año de la fundación cuando me llamó. Se mostró entusiasmado: "He alcanzado exactamente mis cifras objetivo". Me alegré, y desde entonces hemos hablado regularmente por teléfono, y he sentido cómo la alegría y la seguridad crecían de vez en cuando.